
Capitulo i
El Comienzo

En un rincón olvidado del Recinto de los Fisgones, donde solo vivían criaturas de ojos grandes y curiosos, habitaba una fisgona diferente a las demás. Su nombre era chipisss, y aunque era la más hermosa de todas, con unos ojos que brillaban como estrellas, siempre la habían tratado mal. La envidiaban por su belleza, murmuraban a sus espaldas y la dejaban fuera de sus juegos. Un día, mientras paseaba por los rincones de su mundo, recibió una invitación para ir a Fisgónbucks, el mejor lugar para tomar un buen café, Chipisss decidió ir y se encontró con un humano…
—Hola
—dijo él con una sonrisa nerviosa
—. ¿Puedo acompañarte? Chipisss, sorprendida, asintió.
Nunca había hablado con un humano antes. Se presentó y, para su sorpresa, él no la miraba con burla ni desprecio. Al contrario, parecía fascinado por sus ojos brillantes y su manera de hablar. Pasaron horas conversando sobre sus mundos, riendo y compartiendo historias mientras el café se enfriaba en sus tazas. Pero la felicidad nunca dura mucho en el Mundo Fisgón. Esa noche, cuando Chipisss regresó al recinto, los demás la esperaban con miradas de desdén.
—¿Cómo te atreves a hablar con un humano?
—escupió uno de ellos.
—Eres una traidora
—susurró otro.
Desde entonces, la vigilaron de cerca, impidiendo que volviera a ver al humano. Y él… él también la buscó, pero parecía que el destino no quería que se reencontraran.
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